Mi asiento en el jeep
definitivamente era el peor de todos, pero después de media hora la verdad que
me empecé a sentir cómodo y todo...claro porque ya no sentía la mitad del
cuerpo pero bueno.
Llegamos a Namchi y empezamos a
buscar un hotel cerca del ¨Central Park¨, no entendimos bien porque pero
estaban todos hasta las manos asique no había lugar en ningún lado. Recorrimos
y recorrimos hasta que dimos con un hotel que además de tener espacio aparecía
en los recomendados de lo que es nuestra biblia viajera, la Lonley Planet.
Del hotel la guía tenía muy
buenos comentarios, decía que era cómodo, la comida sabrosa y el servicio
formidable; pero advertía puntualmente lo siguiente: ¨el hotel es muy bueno bla
bla bla...excepto el cuarto del subsuelo; si ud. tiene otra opción no dude en
dirigirse a otro establecimiento¨. No hay que ser científico de la NASA, es
obvio que fuimos a parar al subsuelo.
Entramos a la pocilga en la que teníamos
que dormir los nueve, habían cuatro camas y media (una estaba hecha fleco y tenía
un agujero en el medio asique no cuenta como una cama entera ni a palos). Además
habían botellas tiradas en el piso, papas fritas repartidas por todo el cuarto
y paredes llenas de humedad. Lo que si estaba completito era el baño, tenia el
agujero en el piso, las canillas al pedo de las que no salía agua y el
obligatorio hedor a muerto vencido que te nublaba la vista. Un lujo.
Arreglamos la cama con unas
tablas que había en el cuarto, que al parecer también funcionaba como deposito
y carpintería, y pedimos los colchones faltantes para los cuatro que iban al
piso. La gente del hotel la verdad que unos fenómenos, en dos minutos
transformaron el atentado que nos habían dado como habitación y lo dejaron muy
presentable, pusieron sabanas limpias, barrieron las papitas y las botellas del
piso y hasta le echaron un poco de desodorante de ambiente al cadáver que
estaba en el baño y todo. Después de eso la verdad que no podíamos pedir más.
A Namchi habíamos ido a ver una
estatua de Buda gigante de 45 metros de alto hecha teóricamente en bronce y
cobre. Creo que si me das papel de diario, un tarro de plasticola, un rollo de
alambre y quince minutos te hago algo mejor que la paparruchada galopante que
vimos. Lo único bueno fue volver del lugar donde esta la atracción turística
porque decidimos regresar caminando y nos pegamos una mega perdida que
terminamos llegando a la cuidad por un callejón siniestro.
Namchi no tenia mucho que
ofrecernos, la verdad que el Buda era malísimo y en menos de veinticuatro horas
ya nos queríamos ir a la goma; pero las apariencias engañan y por suerte a la
gorda de Camila se le prendió el olfato y no sé como hizo pero encontró una
caja de Bonobones. Bonobones de verdad, como los de casa, de hecho eran hechos
en casa y todo.
Se ve que a una tal Delfina un día
paseando por Namchi se le apeteció un Bonobon y como no habían decidió empezar
a importarlos. ¿Como sabemos el nombre de la mina que importa al norte de India
los chocolates hechos por Arcor en Argentina?, a la chica esta lo que no se le ocurrió
fue un buen nombre para lo que era su floreciente empresa, cuando miramos la
caja para ver quien traía el producto hasta aquel lugar decía: ¨Imported by Delfi Marketing¨. Buenísimo,
clap clap clap (aplausos) para Delfi.
Después de repartir seis Bonobones
para cada uno Namchi no tenia nada que pudiera atraer nuestra atención, es mas,
suspendimos todas las actividades posibles en dentro de los cien kilómetros a
la redonda; buscamos un jeep y a otra cosa Doña Rosa.
Esta vez no me había tocado el
peor lugar en el jeep, pero aproveche que los chocolates cotizaban mas caros
que un barril de crudo en el mercado global y deje caer en voz alta un ¨cambio
Bonobon por asiento¨. Obviamente mi oferta tenia un destinatario puntual que no
tardó ni un segundo más de lo que tardaría una tararira furiosa en atacar a una
lombriz clavada en un anzuelo. En dos minutos lo tenia a Matanga comiéndose la
carnada chocolatosa en lo que iba a ser mi asiento y yo estaba en el mejor
lugar de todos.
El viaje fue espectacular, toda
una ruta bordeando el río por kilómetros hasta Siriguri donde íbamos a hacer
noche para ver si al día siguiente podíamos conseguir las visas de Nepal.
Nota: ¿porque la caja de Bonobones es mas barata en el culo del mundo que en el propio pais del que vienen los chocolates?. Nadie lo sabe.
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