viernes, 10 de febrero de 2012

Cap. VII: Una monada.


Veníamos de un par de días de viaje y la verdad que estábamos agotados. A Jaipur llegamos en tren, fue un viaje largo pero la verdad que el tren fue más cómodo y divertido que el colectivo; el tema era que había que estar medio atento porque nos dijeron que era posible que te afanaran algo de la mochila.
De entrada nos metimos en un hotel dos estrellas, certificado por la Convención de Hoteles de India, que tenia aire acondicionado y ascensor. La verdad que necesitábamos descansar frescos y dormir cada uno en una cama porque el calor y las horas de viaje que veníamos arrastrando ya estaba empezando pasar factura.
Se ve que los de la Convención de Hoteles de India son unos chantas porque nos mataron las pulgas que residían en las camas de la institución en la que pernoctamos, pero la verdad que valió la pena.
Jaipur es una cuidad grande, para mi un muy buen ejemplo de lo que es una cuidad en este país. Para ser sinceros Jaipur es un quilombo, el trafico creo que es peor que el de Mumbai, es impresionante que la gente no choque. Para dar un ejemplo, es como microcentro pero sin semáforos; la diferencia es que en el embotellamiento hay autos, motos, bicis, cabras, chanchos todo. Inclusive en un momento veníamos como si te dijera por Av. Alem y pasaron cuatro elefantes por al lado nuestro. Una locura pero es así...las cosas acá funcionan de esa manera y funcionan bien.
El mercado de la cuidad es muy divertido, figura en el recorrido a pie de la Lonley Planet y va cambiando a medida que uno avanza, primero están todos los escultores en mármol que hacen estatuas de todos los tamaños, después están los sastres que vende todo tipo de ropa y géneros, después la gente que trabaja con cañas y paja que hace canastas y esas cosas, después lo joyeros etc etc.
En un momento venia por la calle y Nico vio algo que nos cambio la cara a todos. En el piso había un vaso todo pisoteado...de esa especie de cartón blanco que se dobla pero no se rompe y que tampoco es cartón, con una serie de detalles estampados en rojo pasión y azul océano, adornado con una letra ¨M¨ de curvas armónicas en color amarillo atardecer...si señores, en Jaipur había un Mc Donalds!!!
Imagínense que lo mas tecnológico que habíamos visto en los últimos diez días era una paloma mensajera, asique googleamos con un blackberry donde era el Mc y nos fuimos a dar una panzada. Para mis buenas, yo tuve la fortuna de que el empleado del mes no estaba de turno y me toco un pelele que me dio dos combos buenísimos en vez del medio pelo que me había pedido. Termine en sobredosis de papas, ketchup, Coca, hamburguesa de pollo y el intestino desconcertado porque entendía una goma que estaba pasando.
Claramente nosotros veníamos de otro ritmo muy distinto asique como que nos saturamos y no nos quedamos mas que dos noches, pero fue divertido ver como se maneja la cuidad en India (sin ser Mumbai que es como un mounstro).
Sabíamos que en Jaipur había un templo de monos que nos interesaba bastante, asique fuimos una mañana a ver que tal era. Antes de eso Cata nos dio un discurso que consistía en que ¨los monos te roban y además les gusta la Coca - Cola¨ asique dejamos las mochilas, llevamos agua en vez de Coca por las dudas y salimos para aquel lugar.
Abandonamos las comodidades y en vez de subirnos tres personas por móvil nos subimos los nueve en un solo tuc - tuc de los que son un poco mas grandes, tres en el baúl y los otros seis en el asiento de atrás…con 40 grados de calor. No vale la pena ni que les cuente lo que fue eso.
Llegamos al lugar en donde empieza la caminata al templo, tardamos media hora en despegarnos uno del otro mientras tratábamos de bajar del carrito y ya de entrada vimos una ensalada de animales juntos que era muy graciosa. Habían: perros, cabras, vacas, chanchos, monos y monos andando en chancho (literal). Arrancamos la caminata barranca arriba bajo el sol y solo teníamos una botella de agua para los nueve...que un mono chorro le afanó a Greta tras una maniobra sorpresiva asique a los dos minutos asique ya no teníamos más nada.
Primero llegamos al templo de Sol que esta bien, el señor que lo cuida es muy amable y no te manguea nada, pero nos dimos cuenta que además de bueno era un vago porque el tipo tenía una máquina a motor con palancas de donde salía la música que adornaba el templo: tambores, platillos y campanas, todo al mismo tiempo y en ritmo constante. Pobre pibe estaba solo en medio de la montaña y necesitaba una orquesta para hacer el ritual, asique le perdonamos la maquina cumbianchera y seguimos camino.
Llegamos al templo de los monos que es del otro lado de la montaña bajando por un caminito de piedra lleno de arboles repletos de flores, la verdad que el templo en si es una casita de Lego malísima con un monje chanta que nos cago a pedos porque le dejamos solo diez rupias después de que nos tuvo cuarenta minutos encerrados con traba en el templo mientras hablaba y nos hacia rezarle a un mono de cartón; pero en la parte de abajo hay unos piletones en los que los monos nadan el mejor estilo crol que vi en mi vida. Además nadan abajo del agua y se tiran haciendo piruetas en el aire desde un poste de luz, es increíble.
Más abajo están los piletones para las personas que también son muy muy lindos y están todos bañándose (de hecho con Matanga vimos una teta y todo), y mas abajo todavía hay un pueblito de templos que es espectacular lleno de flores. Se puede seguir mas allá del pueblito donde hay un valle muy verde con plantaciones, pero la verdad que no tuvimos tiempo de hacerlo. Fue una lastima porque parecía muy lindo.
Esa tarde fuimos al Lake Palace y a ver otra fabrica de géneros y pañuelos que claramente no tenían la calidad de la de Bikaner. No solo porque de por si no tenían la calidad, sino que además el lugar no tenia aire acondicionado (aunque si te regalaban Coca, Sprite y café). De todas maneras habían cosas muy lindas y baratas asique algunos del equipo aprovecharon para hacer shopping.
Terminamos el tour y volvimos al hotel, que ya no era el de las pulgas porque nos habíamos mudado a uno mas barato, que en vez de salir veinte pesos por cabeza nos salía nueve; comimos por ahí a la vuelta, le festejamos el cumpleaños a Nico con torta y velitas y nos fuimos a dormir porque al día siguiente salíamos para Pushkar temprano.



Templo del Sol.



Piletones en el Templo de los Monos.


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