sábado, 18 de febrero de 2012

Cap. XII: Un peso de encima.


El viaje en jeep fue increíble, el camino iba por el filo de una montaña y cuando uno miraba para cualquiera de los dos lados solo veía el vacío. Yo había viajado en el mejor asiento el viaje anterior asique esta vez me tocaba la amansadora, todos se subieron al móvil y a mi me toco el baúl, pensé que estaba fregado pero finalmente terminó siendo el mejor lugar de todos.
Durante el viaje pensé mucho, quizás demasiado. Me imaginaba a mi mismo a la vuelta y todo lo que había dejado pendiente antes de irme, todo lo que desde que había llegado a India me venía persiguiendo y no me dejaba en paz.
Me di cuenta que mi cabeza estaba en lejos de donde estaba el resto de mi, que estaba pensando más en lo que tenía que hacer en Argentina que en lo que estaba viviendo en Asia y que eso realmente no me servía ni me sumaba nada positivo.
Entendí que tenia que dejar a mi ¨súper yo¨ y todo lo que eso implica para más adelante, que ahora mi vida era el viaje, que no vivía en ningún lado sino en muchos al mismo tiempo. Tenía que aprender que las cosas y las personas que había dejado atrás habían quedado atrás; ni yo podía hacer nada por ellos ni ellos por mí; que hay un momento para cada cosa y que en aquel momento tenía que aprovechar mi oportunidad porque era única.
Me saqué un peso de encima, dejé la mochila con todo eso que ya no ¨era¨ y me puse la de mi viaje, mi día a día. No me podía preocupar por las cosas de las que en ese momento no me tenía que ocupar y arrancaba con todo mi cuento hasta que ya no hubiera nada más para contar.
Uno siempre escucha el típico cuento de que ¨alguien se fue de viaje a...¨, o que cuando algo esta muy muy lejos se dice ¨es en la China¨, es gracioso pero ahora el del cuento era yo y estaba a menos de 30 km de China. Caí que estaba en una aventura, que había elegido eso en vez de partir a cualquier otro lado y no me arrepentía ni un poco; lo mejor es que recién empezaba.
Gangtok tiene un estilo muy parecido a Darjeling; selva similar al lo que seria el sur de Chile, humedad y todo a la altura de las  nubes; la diferencia es que es una cuidad grande y es muy impresionante como esta armada. Conseguimos un hotel bastante barato con un cuarto con cinco camas para los nueve, osea que había cuatro que iban al piso. El primer día yo dormí en cama porque zafe en el sorteo, los demás en el piso pero la verdad que ya no sentía la diferencia entre uno y otro, es más, creo que hasta prefería dormir en el piso.
Lo que paso a  explicar ahora es lo que pasa cuando se sale a dar una vuelta por Gangtok con un mapa de Sikim (como salir a dar una vuelta por Cap. Federal con un mapa de Provincia de Buenos Aires). La idea era ir al centro de tibetología...terminamos en el fondo del cañadón en la loma del peludo cruzando el rio en patas, de ahí caminamos como dos horas luchando la gota gorda contra una pendiente 85 grados y cuando llegamos nuevamente a la civilización se largo a diluviar como nunca en mi vida. Ese es el momento en que uno se dice ¨porque carajo no me fui a Gessel¨, pero la verdad que a mi esas cosas son las que mas me divierten y estuvo increíble.
Llegar al río fue una buena aventura, creo que tardamos mas bajando que subiendo y cuando llegamos al fondo nos cruzamos con la gente que vive lejos del mundo. Directamente ya me sentía ¨El joven Discovery Channel¨ porque los lugares y la gente que vimos ese día eran clásicos de documental.
De Darjeling traíamos cantidad de ropa sucia porque allá no se podía lavar asique apenas llegamos a Gangtok todos lavamos todo lo que teníamos, osea que el cuarto que encima era uno solo para los nueve parecía un campamento gitano de principios de siglo. Por suerte Mica había traído una soga que usamos como tender, pero había ropa colgada en las puertas, ventanas, clavitos, etc . El problema era que había tanta humedad que nada se secó en menos de tres días y la ropa de todos quedo con un olor a perro mojado que era un asco. Lo peor es que las chicas habían dejado secando sus calzones en la ventana y creo que tardaron menos de trece segundos en desaparecer; yo no me puedo imaginar quien puede haber sido tan pajero para llevarse esas bombachas que encima de estar rotosas, apestaban a Golden Retriver.
Al otro día finalmente llegamos al Tibetology Center, recorrimos un parque por ahí cerca y nos fuimos a pasar la tarde a una plaza en la que nos sentamos sobre el pasto a jugar a las cartas y charlar un poco. Fue ahí donde tuvimos nuestro pico mas alto de fama en lo que había pasado del viaje; ese día ya nos habían pedido varias fotos, que con mucha fiaca pero más simpatía dejamos que nos sacaran, posábamos y sonreíamos cual miembros de la farándula y ellos se iban contentos, pero esta vez de la plaza fue genial.
Estábamos sentados en ronda y se acerco un grupo de personas para pedirnos si podíamos sacarnos una foto con ellos, Matanga el simpático les dijo que ¨no gracias¨ porque la verdad que ya estaban bastante grandecitos, pero cuando nos dimos cuenta que querían que la foto fuera de nosotros con el chiquito les dijimos que si...pero que ni en pedo nos levantábamos asique que nos pasaran al mocoso para que siente con nosotros.
Terminamos sacándonos fotos con todos los pelmazos de la cuadra, los tipos estaban como locos, les sacaron trecientas fotos a las chicas, después pidieron fotos con migo y a Mati y a Nico no les sacaron ni una. Lo mas gracioso fue que después de sacarnos las fotos la gente se fue y aparecieron a las cinco minutos todos devuelta con comida típica del lugar y té de regalo para todos nosotros. Fue muy graciosa la situación, por un rato nos sentimos verdaderamente estrellas en serio.
Disfrutamos de nuestra fama, comimos y bebimos a cuestas de nuestros fans y seguimos con lo nuestro un rato más. Estábamos tranquilos cuando Matanga acuso que tenia una picazón en la zona baja del abdomen, todos coincidimos en que la solución era que se rascara por mas que no fuera adecuado asique procedió en el acto. Insistía en que el ardor seguía y que el rascarse no era suficiente, entonces le dijimos que pusiera mas esfuerzo en la acción y volviera a intentarlo; procedió pero se notaba que no era suficiente asique se metió la mano dentro de su ropa interior, revolvió primero para un lado y luego para el otro y en eso se saca una hormiga de las pelotas.
Yo no podía parar, creo que se me quemaron los fusibles de la risa en ese momento porque ya era tanto que me reía sin ruido; encima el desgraciado gritaba ¨Ahhhh boludo tengo fuego!¨ mientras se restrillaba las canicas a dos manos tratando de apaciguar el incendio. Fue espectacular, tan gracioso que jamás me preocupo si a mi amigo se le caía un huevo.
Después de todo eso llegamos al hotel, armamos las mochilas y pusimos el despertador temprano para partir la mañana siguiente en jeep a Namchi donde supuestamente había una estatua de Buda enorme.
Esta vez si me toco el peor asiento en el jeep.

Gente del fondo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario