El viaje en jeep fue increíble,
el camino iba por el filo de una montaña y cuando uno miraba para cualquiera de
los dos lados solo veía el vacío. Yo había viajado en el mejor asiento el viaje
anterior asique esta vez me tocaba la amansadora, todos se subieron al móvil y
a mi me toco el baúl, pensé que estaba fregado pero finalmente terminó siendo
el mejor lugar de todos.
Durante el viaje pensé mucho,
quizás demasiado. Me imaginaba a mi mismo a la vuelta y todo lo que había
dejado pendiente antes de irme, todo lo que desde que había llegado a India me
venía persiguiendo y no me dejaba en paz.
Me di cuenta que mi cabeza
estaba en lejos de donde estaba el resto de mi, que estaba pensando más en lo
que tenía que hacer en Argentina que en lo que estaba viviendo en Asia y que
eso realmente no me servía ni me sumaba nada positivo.
Entendí que tenia que dejar a mi
¨súper yo¨ y todo lo que eso implica para más adelante, que ahora mi vida era
el viaje, que no vivía en ningún lado sino en muchos al mismo tiempo. Tenía que
aprender que las cosas y las personas que había dejado atrás habían quedado
atrás; ni yo podía hacer nada por ellos ni ellos por mí; que hay un momento
para cada cosa y que en aquel momento tenía que aprovechar mi oportunidad
porque era única.
Me saqué un peso de encima, dejé
la mochila con todo eso que ya no ¨era¨ y me puse la de mi viaje, mi día a día. No
me podía preocupar por las cosas de las que en ese momento no me tenía que
ocupar y arrancaba con todo mi cuento hasta que ya no hubiera nada más para
contar.
Uno siempre escucha el típico
cuento de que ¨alguien se fue de viaje a...¨, o que cuando algo esta muy muy
lejos se dice ¨es en la China¨, es gracioso pero ahora el del cuento era yo y
estaba a menos de 30 km de China. Caí que estaba en una aventura, que había
elegido eso en vez de partir a cualquier otro lado y no me arrepentía ni un
poco; lo mejor es que recién empezaba.
Gangtok tiene un estilo muy
parecido a Darjeling; selva similar al lo que seria el sur de Chile, humedad y
todo a la altura de las nubes; la
diferencia es que es una cuidad grande y es muy impresionante como esta armada.
Conseguimos un hotel bastante barato con un cuarto con cinco camas para los
nueve, osea que había cuatro que iban al piso. El primer día yo dormí en cama
porque zafe en el sorteo, los demás en el piso pero la verdad que ya no sentía
la diferencia entre uno y otro, es más, creo que hasta prefería dormir en el
piso.
Lo que paso a explicar ahora es lo que pasa cuando se sale
a dar una vuelta por Gangtok con un mapa de Sikim (como salir a dar una vuelta
por Cap. Federal con un mapa de Provincia de Buenos Aires). La idea era ir al
centro de tibetología...terminamos en el fondo del cañadón en la loma del
peludo cruzando el rio en patas, de ahí caminamos como dos horas luchando la
gota gorda contra una pendiente 85 grados y cuando llegamos nuevamente a la
civilización se largo a diluviar como nunca en mi vida. Ese es el momento en
que uno se dice ¨porque carajo no me fui a Gessel¨, pero la verdad que a mi
esas cosas son las que mas me divierten y estuvo increíble.
Llegar al río fue una buena
aventura, creo que tardamos mas bajando que subiendo y cuando llegamos al fondo
nos cruzamos con la gente que vive lejos del mundo. Directamente ya me sentía
¨El joven Discovery Channel¨ porque los lugares y la gente que vimos ese día
eran clásicos de documental.
De Darjeling traíamos cantidad
de ropa sucia porque allá no se podía lavar asique apenas llegamos a Gangtok
todos lavamos todo lo que teníamos, osea que el cuarto que encima era uno solo
para los nueve parecía un campamento gitano de principios de siglo. Por suerte
Mica había traído una soga que usamos como tender, pero había ropa colgada en
las puertas, ventanas, clavitos, etc . El problema era que había tanta humedad
que nada se secó en menos de tres días y la ropa de todos quedo con un olor a
perro mojado que era un asco. Lo peor es que las chicas habían dejado secando
sus calzones en la ventana y creo que tardaron menos de trece segundos en
desaparecer; yo no me puedo imaginar quien puede haber sido tan pajero para
llevarse esas bombachas que encima de estar rotosas, apestaban a Golden
Retriver.
Al otro día finalmente llegamos
al Tibetology Center, recorrimos un parque por ahí cerca y nos fuimos a pasar
la tarde a una plaza en la que nos sentamos sobre el pasto a jugar a las cartas
y charlar un poco. Fue ahí donde tuvimos nuestro pico mas alto de fama en lo
que había pasado del viaje; ese día ya nos habían pedido varias fotos, que con
mucha fiaca pero más simpatía dejamos que nos sacaran, posábamos y sonreíamos
cual miembros de la farándula y ellos se iban contentos, pero esta vez de la
plaza fue genial.
Estábamos sentados en ronda y se
acerco un grupo de personas para pedirnos si podíamos sacarnos una foto con
ellos, Matanga el simpático les dijo que ¨no gracias¨ porque la verdad que ya
estaban bastante grandecitos, pero cuando nos dimos cuenta que querían que la
foto fuera de nosotros con el chiquito les dijimos que si...pero que ni en pedo
nos levantábamos asique que nos pasaran al mocoso para que siente con nosotros.
Terminamos sacándonos fotos con
todos los pelmazos de la cuadra, los tipos estaban como locos, les sacaron
trecientas fotos a las chicas, después pidieron fotos con migo y a Mati y a
Nico no les sacaron ni una. Lo mas gracioso fue que después de sacarnos las
fotos la gente se fue y aparecieron a las cinco minutos todos devuelta con
comida típica del lugar y té de regalo para todos nosotros. Fue muy graciosa la
situación, por un rato nos sentimos verdaderamente estrellas en serio.
Disfrutamos de nuestra fama,
comimos y bebimos a cuestas de nuestros fans y seguimos con lo nuestro un rato
más. Estábamos tranquilos cuando Matanga acuso que tenia una picazón en la zona
baja del abdomen, todos coincidimos en que la solución era que se rascara por
mas que no fuera adecuado asique procedió en el acto. Insistía en que el ardor seguía
y que el rascarse no era suficiente, entonces le dijimos que pusiera mas
esfuerzo en la acción y volviera a intentarlo; procedió pero se notaba que no
era suficiente asique se metió la mano dentro de su ropa interior, revolvió
primero para un lado y luego para el otro y en eso se saca una hormiga de las
pelotas.
Yo no podía parar, creo que se
me quemaron los fusibles de la risa en ese momento porque ya era tanto que me reía
sin ruido; encima el desgraciado gritaba ¨Ahhhh boludo tengo fuego!¨ mientras
se restrillaba las canicas a dos manos tratando de apaciguar el incendio. Fue
espectacular, tan gracioso que jamás me preocupo si a mi amigo se le caía un
huevo.
Después de todo eso llegamos al
hotel, armamos las mochilas y pusimos el despertador temprano para partir la
mañana siguiente en jeep a Namchi donde supuestamente había una estatua de Buda
enorme.
Esta vez si me toco el peor
asiento en el jeep.
Gente del fondo. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario