Tuvimos un viaje sin sobresaltos
y tras un par de horas llegamos a la cuidad de Guilin, conseguimos un hostel
muy cerca de donde nos dejó el colectivo, dejamos nuestras cosas y salimos a
recorrer los restaurantes cerca de donde estábamos. La oferta la verdad que no
era muy variada, habían sapos, unas especies de ratas gigantes, caracoles de
jardín, carne de procedencia dudosa, cangrejitos, pescados mutantes y tortugas;
por suerte todo fresco, tan fresco que directamente los animales están vivos
correteando en jaulas a la espera de que les llegue su hora.
Preferimos comer fideos con salsa
de maní y fuimos por más; no sé a quién le llego el dato que si nos tomábamos
el colectivo número 16 llegábamos en pocos minutos al centro de la cuidad
asique esperamos en la parada correspondiente y nos subimos al primer
transporte que llevaba aquel número en el frente.
Obviamente nadie sabía dónde
goma bajarse y entonces terminamos dándole la vuelta a medio país hasta que
llegó un momento que el conductor nos dijo con señas ¨se tienen que bajar, terminó
el recorrido¨. Otra vez perdidos en el medio de ningún lado pedimos
indicaciones a diez mil personas sin resultados hasta que finalmente alguien
que hablaba un poco de inglés nos recomendó tomar el colectivo número 10 que
supuestamente nos volvía a dejar en nuestra zona; nos subimos y efectivamente,
tras varios minutos, regresamos al lugar de donde veníamos.
Al día siguiente volvimos a
intentar, nos tomamos el 16 nuevamente y llegamos al centro de la cuidad que es
muy entretenido, hay bares, los mejores locales de chucherías, llaveros,
muñequitos, pen drives, dados, etc. del planeta y un restaurante donde comimos
un sushi hecho con manzana, zanahoria, pepino, repollo y mayonesa que era una
cosa de locos.
Lo que más nos llamó la atención
del recorrido que hicimos ese día fue que encontramos un boliche que prometía
bastante; comimos algo rápido y nos volvimos al hotel para tunearnos un poco y
salir de joda. Claramente mis posibilidades de un buen tuning eran las mismas
que podría tener un Renault 12 en Caleta Olivia asique me puse la remera menos
desteñida y con menos agujeros que encontré en mi mochicarro y me dispuse a ver
que tenía la noche china para ofrecernos.
No sé si el look ¨víctima de
trabajo forzado¨ cotiza en esta parte del mundo porque no les puedo explicar el
furor que causamos en ese boliche desde el momento en que pusimos el primer pie
en la pista hasta que lo volvimos a sacar a la vereda. Para nuestra sorpresa
entramos gratis como si fuéramos los dueños del lugar y en menos de cinco
minutos apareció un personaje mega peinado en zapatillas supersónicas, chupines
fluo y remera súper escote en ¨ V¨ que nos agasajaba como si fuéramos el elenco
de ¨The OC¨.
Tal era la cosa que teníamos una
persona que se encargaba de que nuestros vasos nuca estuvieran vacíos, nos
regalaron chupetines que brillaban en la oscuridad (no lo podía creer), habían
dados para que jugáramos, el Dj nos hizo un lugar en la cabina y nos dio su
computadora para que buscáramos las canciones que queríamos escuchar; y eso no
es todo, a Nico y a mí nos consiguieron dos strippers disfrazadas, una de
policía y otra de enfermera, para que nos bailaran encima.
Por supuesto habían más chances
de que mi pito entrara en huelga de que me calentara con las strippers cochinas
esas, pero la noche de fama nocturna que tuvimos realmente fue un espectáculo.
Lo más increíble es que todo eso fue GRATAROLA, nunca me hubiera imaginado el
¨as¨ que China tenía guardado bajo su manga
y encima cuando nos fuimos nos dijeron ¨gracias¨ y todo.
De ahí nos fuimos a dormir y al
día siguiente nos subimos a un bote hecho, supuestamente de bamboo, con caños
de plástico blanco que nos llevó a dar una vuelta por el río en donde los
locales pescan usando pájaros. Suena raro pero la cuestión funciona de la
siguiente manera: los tipos tienen varios pájaros cagados de hambre atados con
una piola de la pata y un collar en el cuello; dejan que los plumíferos se tiren
al agua y atrapen lo que se les cruce en su camino, pero como tienen el collar
ajustado, en vez de poder tragarse su presa quedan atorados con el pescado
entre las amígdalas; es ahí cuando el dueño los saca del agua tirando de la
piola, les aprieta el pescuezo y el pájaro regurgita el botín adentro de un
canasto.
(Aclaremos que esta técnica solo
es funcional de noche y que no se ven a los pescadores con sus pájaros en
acción pero el paisaje del río verdaderamente vale la pena).
De ahí nos pasearon por varios
lugares más, fuimos a una especie de parque y a un templo que ni idea de que
era porque me la pasé toda la tarde mirando fotos de la mina que me gustaba con
el Black Berry de Pachu en Facebook. Finalmente llegamos devuelta al hotel y
nos fuimos a dormir porque estábamos hechos una piltrafa después de semejante
maratón turística.
Ya habíamos sacado pasajes para
salir rumbo a Vietnam asique a la mañana siguiente fui al techo del hostel a
buscar mis remeras recién limpias, que supuestamente estaban secándose en el
tender, para meterlas en mi mochicarro; busque, busque y busque por todos todos
lados y no encontré mis remeras por ningún lado. ¨No puedo creer, me afanaron
todas las remeras…¨ me dije indignado e inmediatamente empecé a seleccionar varias prendas ajenas con las
que pretendía reemplazar mi pérdida.
Agarre una remera de por acá,
una de por allá, una que me parecía canchera, una medio chota para no sentirme
tan chorro y justo cuando estaba por ponerle la frutilla al postre con un
calzón casi nuevecito apareció Nico diciendo ¨¿vos te estas afanando remeras?¨ con
tono acusador. ¨Emmm…no en realidad como me robaron las mías…¨, no había
terminado la frase cuando el cretino me interrumpe diciendo ¨ahí están tus
remeras¨ señalando mi ropa impecable con su dedo justiciero. Ok, devolví todas las cosas que me estaba
afanando, junte mi ropa apelmazada y me volví al cuarto.
Moraleja: soy tan choto buscando cosas que no hay chances de que algún día
trabaje en Google.
Terminé de armar mi mochicarro,
me comí un sandwichin de rata y una salchicha en pomo en el puesto de la
esquina y partimos al lugar donde nos teníamos que tomar el colectivo hasta la
frontera con Vietnam. Supuestamente el tipo nos había vendido nueve pasajes en
un colectivo - cama que llegaba hasta una ciudad donde nos dejaba en la misma
estación en la que nos teníamos que tomar otro bus hasta el final del camino.
Resulta que el vendedor era un
hijo de un portaviones lleno de putas que merece que le apaguen un cigarrillo
en la pupila (mis disculpas por el exabrupto) porque cuando nos subimos al
bondi lo había sobrevendido y entonces pretendía que viajáramos acostados en el
piso; obviamente nos negamos rotundamente y le pedimos que nos devolviera parte
de la plata a lo que él contestaba que el viaje en el piso ¨era solo por un
ratito¨ porque había personas que se bajaban en breve y ahí podíamos ocupar sus
asientos.
Claramente no le creímos un pedo
y, a los gritos y muy cerca de irnos a las manos varias veces, le sacamos parte
del pago con la condición de que si las personas se bajaban en breve le
devolvíamos la plata al chofer. Así empecé el viaje, tirado en el pasillo
diminuto en el piso de un colectivo roñoso; al rato se bajaron algunos y pase a
un asiento - cama estilo caja fabricado para chinos, osea que la ¨caja¨ (porque
son como cajas) era cuarenta centímetros más corta que mi cuerpo y en menos de
diez minutos ya tenía la mitad inferior del cuerpo tan dormida que si me meaba
encima no me daba cuenta.
Finalmente llegamos a la
estación donde teníamos que pasarnos de bondi y ¿a que no saben
qué?...coooorrecto, el otro colectivo salía de otra estación en la loma del
cuerno a la derecha asique tuvimos que tomarnos un taxi a los pedos para no
perder el viaje. Por suerte llegamos con un par de minutos, una china divina
nos dio una mega mano con todo para que encontráramos la plataforma, número de bondi,
el horario etc. y logramos subirnos justo antes de que se fuera el colectivo.
Yo no sé si el tipo pensaba que
nos iba a conformar así de fácil pero con la tranquilidad que pretendía
estafarnos me sorprendió muchísimo; literalmente nos estaba cagando en nuestras
narices y no se le movía un pelo, no entiendo como alguien puede ser tan cara
dura y fue tal la bronca que nos dio a todos que al final el desgraciado tuvo
que aflojar porque el panorama se puso realmente tenso. El resultado fue
empate, terminamos viajando con su empresa y nos la hizo con el cambio de
estación, pero por el otro lado nosotros le pagamos menos y le dejamos claro
que no nos iba a cagar tan fácil.
Nota: Más de 2000 visitas en menos de dos meses, muchas gracias a todos.
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Rio de Guilin, China.
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