martes, 13 de marzo de 2012

Cap. 24: Conclusión Nepal.


Nepal es el lugar perfecto para ir en el mundo cuando uno está harto del mundo; es como viajar un universo paralelo en el que a nadie le importa de dónde venís ni a dónde vas y en el que de nada sirve tener uno, dos, tres o cuatro apellidos porque la altura trata como esclavos a todos por igual.

No se compite contra nadie, es un mano a mano individual física y mentalmente; una caminata en la que no importa hasta donde sea, se piensa en todo y en todos. No existen las cosas del mundo real, porque el mundo real no tiene nada que hacer ahí; la vida pasa por adaptarse de la mejor manera a un relieve en el que no se puede vivir, pero en el que sin embargo los nepalíes viven.

¿Qué tiene Nepal? Nepal no tiene nada, pero al mismo tiempo lo tiene todo; asombra siempre, todo lo que uno ve a su alrededor sin importar para qué lado mire es imponente e increíble. Es un shot de adrenalina en el que hay que enfrentarse a cosas que no encajan en el 2011 y donde cada paso que se da es en extremo.

La simpleza de la gente y la rusticidad de su cultura, los cultivos de papas en terrazas a cuatro mil metros de altura, la espalda de un porter, el tamaño de las montañas o lo cerrado del bosque en la selva; nada de eso parece tener sentido para el ojo con el que nosotros miramos el mundo.

Es algo que no se puede escribir porque es imposible. ¿Qué mas hubiera querido?, meterme hasta el fondo, conocer mas a la gente y su forma de vida, más tiempo.

Hay que ir a Nepal.

Chau Nepal.


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