sábado, 10 de marzo de 2012

Cap. 22: Aplica el reglamento.


Sacamos pasaje de mini bus a Pokhara que nos lo habían recomendado muchísimo, a mí me tocó ruleta rusa y termine sentado con un local que de entrada me regalo una sonrisita amistosa. Empezamos el zigzag por el camino montañoso, una curva para un lado, una para el otro, una, otra etc.; obviamente yo venía enchufado a mi idpod en pleno vuelo musical y en eso siento que mi compañero de viaje me pica el hombro con sonrisita picarona y arranca el típico cuestionario inflahuevos que incluye el: ¨ ¿de dónde sos?, ¿Cómo te llamas?, ¿Qué te pareció Nepal?, ¿Cuántos años tiene tu perro?, ¿Qué signo sos…y tu hermano…y tu amigo…y tu papa?¨ y sigue con catorce mil preguntas más que cuando uno anda con pocas pulgas no tiene ganas de contestar.
Haciéndome cargo de la fama que me aquejaba en ese continente no tuve más remedio y me saque un auricular, hice contacto visual con el tipo, sonreí sin ganas, contesté la primera de las preguntas, voltee mi mirada hacia la ventanilla y me volví a atornillar el auricular con violencia como para que se diera cuenta de que NO quería ser su amigo.
Tic tic tic; me vuelve a picar el hombro con la misma sonrisa sostenida; lo miro ya con cara de ¨te voy a romper la córnea a patadas¨, conteste una pregunta más y me volví a clavar el auricular tan al fondo que casi me toca el cerebro.
Tic tic tic, me vuelve a picar sin saber que estaba por morir acogotado por el cable de mi reproductor; me doy vuelta y lo veo al pibe con carita de ¨pero…¿Qué pasa?¨ que me miraba en busca de amistad. Sin sacarme los auriculares para que quedara bien clara mi postura le contesto frunciendo el ceño un ¨ perdoname, no sos vos…soy yo¨. Pan triste (como para ponerle un nombre) me miraba sorprendido, pestaño tres veces con ojitos llorosos y sin pronunciar una palabra me pregunto ¨¿pero que tiene el que no tenga yo?¨ apuntando sus pupilas a mi ipod.
No es que quisiera ser antipático, pero la escena que se me presentaba era la de un divorcio adolescente del que no quería hacerme cargo. Aplique la ley ¨ billetera mata galán / contacto mata curriculum / ipod classic mata simpatía nepalesa¨ y le puse fin a la novela de drama pasional en el mini bus que terminó con el corazón de Pan Triste hecho añicos.
Llegamos a Pokhara, un lugar tranquilo y muy parecido a lo que sería el sur de nuestro país, nada más que sin los siete millones de kilos de ceniza que le cayeron encima. Paseamos por el lugar y organizamos para alquilar unos botes que usamos al día siguiente para dar una vuelta por el lago, nadamos y remamos cual elenco de¨ Verano del 98¨ y nos volvimos al hotel.
Supuestamente ya estábamos en plena época de monzón, y mas allá que en al norte las consecuencias sean menores, los días estaban despejados y cálidos. No había que ser el pobre tipo que aparece en el noticiero señalando nubes en computadora con una varita mágica para darse cuenta que los monzones ya no son lo que eran y que las estaciones se fueron corriendo a consecuencia del calentamiento global.
Alquilamos unas bicicletas y nos fuimos a recorrer la zona de una punta a la otra, pasamos por la parte vieja de la cuidad, la costa del lago, las plantaciones de arroz y de un segundo para el otro nuestra conclusión climática se fue por el escusado; el monzón que no era se hizo, el calentamiento global se enfrió y la estación corrida dijo presente porque nos agarró una diluvio que hubiera puesto en jaque a cualquier nadador olímpico.
Llegamos al hotel ensopados, nos cambiamos y mientras charlábamos juro que, si no hubiera visto con mis propios ojos el rayo por la ventana que cayo al lado nuestro, hubiera pensado que el vecino era Bin Laden. El ruido a misil que hizo fue una cosa impresionante, debe haber caído a diez metros de donde estábamos y no puedo explicar el cagazo que nos pegamos todos.
La verdad que fue muy divertido y metimos la primer dosis de sensación veraniega en lo que había ido del viaje. Planeamos los próximos destinos y aproximamos cuanto tiempo iba a llevar cada cosa como para ver qué posibilidades teníamos de ahí en adelante.
Terminamos Pokhara y sacamos pasaje a nuestro próximo destino: Bardia.

Proximo destino Bardia

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